El Guardián del Cementerio General

El Jorobado guía la visita por el cementerio

Es día viernes y son las ocho de la noche frente a las puertas ya cerradas del Cementerio General  de Santiago. Sólo quedan unos cuantos guardias y en una pequeña oficina, Cristián Niedbalski (48) se prepara para una nueva jornada de trabajo. Dice que ya perdió la cuenta de las veces en que ha recorrido el camposanto para mostrar la historia de este, pero se arriesga a decir que fácilmente lleva más de mil tours.

Este año, Niedbalski cumplió 25 años trabajando en el cementerio y no parece un hombre cansado por la rutina. Actor de profesión y fanático acérrimo del género de terror, como relacionador público no podía cumplir sus sueños profesionales, hasta que hace seis años, logró un equilibrio entre su trabajo formal y su pasión: creó una performance capaz de enseñar y entretener a curiosos y turistas, a través de un tour nocturno por el cementerio.

El proyecto nació en mayo de 2005, con un pequeño recorrido de no más de diez personas y de sólo una hora de duración. El escaso apoyo por parte de la administración, obligó a Niedbalski a gastar de su propio dinero para cubrir recursos de vestuario, maquillaje y linternas. Al tercer mes y sin imaginárselo, apareció una noticia en torno al tour en el diario Las Últimas Noticias. Desde ese momento, la difusión se disparó a tal punto que en agosto ya estaban agotados los cupos hasta fin de año, considerando más de 500 personas cada semana.

La consolidación de la idea era un hecho, pero para seguir atrayendo al público, decidió separar el recorrido en dos: el histórico y el popular. En el primero interpreta al monje “Dominvm Mortem”, un antiguo franciscano expulsado de la iglesia en 1811, que realiza un pacto con la muerte para que le dé la facultad de resguardar el alma de todos los que descansan en el lugar.

Niedbalski y su transformación

El sector popular lo resguarda El Jorobado, un hombre que dormía en el cementerio para esconderse de agresores que lo discriminaban. Un día el monje lo descubre y lo apadrina, pero le da la función de proteger la paz de todos los que yacen en esa zona. Al llegar la gente al recorrido, El Jorobado demuestra su felicidad y les hace un recorrido del lado norte del lugar.

Esta noche corresponde el tour popular, aquel que recorre las tumbas de Violeta Parra, Víctor Jara, el Gato Alquinta de Los Jaivas, entre otros. Son las nueve, y las más de cien personas que se inscribieron por correo electrónico llegan al lugar. Niedbalski les entrega algunas indicaciones y los deja por unos minutos para ir a personificarse como El Jorobado. Mientras se maquilla, lo acompaña Leonardo Vásquez (19), alias “El Mono”, uno de “Los Hijos de la Noche”, almas nocturnas que deambulan por la necrópolis siguiendo los pasos del hombre deforme. Vásquez dice que sólo causan un poco de suspenso durante el tour. Su labor es aparecer en los lugares menos esperados por los visitantes para crear un ambiente especial.

“El Mono” es también amigo de Niedbalski y justamente lo conoció durante un tour. “Yo llegué por un amigo para acompañarlo, pero ese mismo día me puse a ayudar en el montaje. De eso ya han pasado cinco años y me encanta”, dice Vásquez con una sonrisa que lo caracteriza.  Cuenta que siente a Cristián como un gran amigo pese a la diferencia de edad y que en mayo, cuando murió su padre, estuvo incondicionalmente a su lado, para apoyarlo con la gestión del cementerio.

En un pequeño cuarto con olor a gladiolos, Niedbalski comienza su transformación. Se coloca un bulto acolchado en la espalda y Mabelyn Ibañez, su pareja, se ríe de lo complicado que está. Ella, también actriz, conoce a Cristián hace quince años, cuando compartieron elenco en la obra “Las Brujas de Salem”. Si bien corta las entradas y lo acompaña en el tour, no interviene como un personaje. Mabelyn dice que a Cristián nunca lo ha visto triste, salvo cuando perdió a dos de sus hijas. Cree que su peor defecto es que deposita extrema confianza en las personas, pero, sin dudas, su virtud es la honestidad. Cuenta que cada vez que lo ve personificado, ella olvida quién es.

El monje Dominvm Mortem, Niedbalski y el Jorobado

El Jorobado aparece entre las sombras con un foco de luz y arrastrando unas gruesas cadenas. Les da la bienvenida a los asistentes y comienza a guiar la ruta. Los gritos son mayoritariamente de mujeres que se aferran fuertemente a sus novios, ya sea por los ruidos extraños o por las inesperadas apariciones de los hijos de la noche. Son las once de la noche, El Jorobado ha cumplido la misión encomendada por el monje. Luego de los aplausos, la gente se acerca para tomarse una foto con él.

Para Niedbalski, los cementerios revelan la historia social de un país y a través de esta iniciativa, se siente contribuyendo con cultura entretenida a grandes y chicos. Pronto pretende estrenar su propia obra de teatro, inspirada en las leyendas populares del Cementerio General. Eso es lo que lo mantiene vivo, su profesión, su trabajo y sus tres hijos que, a pesar de no verlos muy seguido, los llama todos los días para saber cómo están.

Algo de monje y algo de jorobado tiene Cristián. El monje es radical, idealista, “como yo cuando joven”, exclama. El Jorobado, aunque payaso, dinámico y risueño se vea, luego de sus visitas regresa a la soledad.